Para ambientes químicos, con mucha humedad y a bajas
temperaturas en instalaciones interiores y exteriores,
donde se requiere una buena resistencia mecánica.
Para ambientes químicos agresivos (ácidos fuertes),
con mucha humedad donde no se requiere una alta
resistencia a la tracción en bucle, especialmente
en presencia de ácidos, en instalaciones interiores.